Blanquinegro

La normalización de las actividades ha ido abriéndose camino, con las precauciones que la situación demanda. Lo determinante es el avance en el programa de vacunación, inversión de máxima prioridad, que está teniendo lugar en los países más avanzados y también en nuestra nación. Las actuaciones del Gabinete de Salud han ido desatando el nudo múltiple de las trabas sanitarias, económicas y sociales, impuesto por la propagación del virus.

La Justicia sigue el rumbo de la autorredención. Se han encausado vacas sagradas. Los resquicios en que se alojaban segmentos de poder ávidos de riqueza mal habida están siendo desalojados. Prevalece el mensaje de que nadie puede estar por encima de la ley. Y de que la impunidad tendrá que ser vista como cosa del pasado.

En los años posteriores a la tiranía hubo sectores que alcanzaron una protección de cuerpo. Lograron que los tribunales militares y policiales juzgaran en jurisdicción privilegiada a sus miembros por la comisión de delitos comunes. Verdugos y corruptos escaparon al castigo ejemplar que merecían. El segmento político sacó la conclusión de que la impunidad podía ser extendida al ámbito no castrense. Todo ese artificio ha empezado a desmoronarse para bien de la nación.

En algunas vías de circulación empiezan a verse obras bien llevadas. Se ha comenzado a pavimentar y a señalizar tramos en mal estado de la carretera Duarte, a abrir cruces seguros para retorno y cerrar los de mayor peligro. Se ha anunciado la recuperación de la figura del peón caminero, encargado del mantenimiento de un tramo de un kilómetro en su vecindad. Idea que puede ser complementada con la instauración del peón barrial en las ciudades, para que los frentes de edificaciones y yermos permanezcan limpios y las calles sin hoyos. Se echa en falta mayor celeridad en la reparación y apertura de caminos rurales.

El transporte urbano ha iniciado su transformación en Santo Domingo con la puesta en vigencia del corredor de la Núñez de Cáceres y la conversión a una sola dirección de importantes avenidas y calles. En el tapete están las demás rutas que deberían ir incorporándose y las obras de ampliación del metro e instauración de líneas de tranvías.

La baja letalidad de la pandemia y los avances en el programa de vacunación empiezan a perfilar una fuerte recuperación de los flujos de turistas, con su impacto positivo sobre la demanda agregada y su estímulo a la expansión de la producción nacional de alimentos, bebidas, bienes y servicios en general, adquiridos con divisas.

En el plano de la cultura se ha anunciado la creación de un conjunto de museos destinados a fortalecer los símbolos y raíces de la dominicanidad, por aquello de que no solo de pan vive el hombre. Entre ellos figura el Museo y Centro Cultural Horacio Vásquez, a ser erigido en la que fuera su última morada en Tamboril.

Las finanzas públicas se recuperan después del fuerte golpe que las afectó con la caída de la actividad económica. Arrastran el fardo del servicio de una deuda contratada para alimentar fábulas de expansión insana. Habrá que robustecer las señales de austeridad con objeto de aprovechar la fuerza moral que conlleva y poner la base de una reforma fiscal que de sostenibilidad a la deuda y concentre el esfuerzo del Estado en las labores propias de gobierno, lo que implica eliminar los pozos sin fondo existentes y las arandelas que amamantan el uso de recursos públicos.

El sector eléctrico requiere de sacudidas fuertes. El pacto firmado es un papel garabateado. El principal pie de amigo de la reforma fiscal es aquel que consiste en sacar las manos del Estado del negocio eléctrico. El cambio es imperativo: eliminar los subsidios generalizados; aplicar la tarifa técnica; realizar los activos (distribuidoras, generadoras, salvo hidroeléctricas y transmisión); fortalecer la regulación y supervisión.

El sistema educativo pudo haber consolidado los avances en la tecnología de la virtualidad con la realización simultánea de clases presenciales. No lo hizo. Se enroscó en el temor y desaprovechó un tiempo necesario para fortalecer el aprendizaje. Ahora queda reparar el error y adelantar el inicio del próximo año escolar 2021-2022 para recuperar aun fuere una parte de lo perdido.

Pendientes quedan asignaturas como el rescate integral de los recursos naturales, entre ellos los ríos convertidos en cloacas. Y también la integración de un mercado laboral escindido: formal, informal. Y revertir la inmigración irregular.

Los retos son muchos, superables si se aplica voluntad, perseverancia y entrega total a los intereses del colectivo. ¡Sea!

Eduardo García Michel

Eduardo García Michel, mocano. Economista. Laboró en el BNV, Banco Central, Relaciones Exteriores. Fue miembro titular de la Junta Monetaria y profesor de la UASD. Socio fundador de Ecocaribe y Fundación Siglo 21. Autor de varios libros. Articulista.