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COVID-19
COVID-19

La cruda realidad del COVID-19

La población dominicana ha luchado durante casi un año contra la pandemia del COVID-19, una de las peores calamidades de la humanidad. Cada ciudadano, con sus raras excepciones, ha cumplido con las disposiciones de las autoridades, de distanciamiento e higiene, ha sufrido la pérdida del empleo, la quiebra o el cierre de la empresa, incertidumbre, el encierro durante meses y las pérdidas de seres queridos, así como el estrés que provoca el avance de la enfermedad.

Han sido diez meses de fuertes sacrificios, para los ciudadanos y para el Estado, por las medidas que se han tenido que implementar, pero no podemos bajar la guardia ni ver el problema como algo normal, debemos hacer todo lo posible por preservar la salud, la vida. Estamos viviendo una nueva ola de contagios del COVID-19 y la situación sanitaria se torna difícil, pero más difícil para las personas más pobres del país a la hora de requerir algún tipo de atención.

El incremento de los casos, la ocupación de camas para COVID-19 en clínicas y hospitales, la ocupación de unidades UCI, la cantidad de casos, el aumento de pacientes en las urgencias médicas y la desesperación de gente que intenta conseguir una prueba PCR, son indicativos de que estamos en uno de los peores momentos de la pandemia. Tenemos que reforzar nuestras estrategias para volver a controlar el virus hasta que comience el proceso de vacunación.

Sabemos que las autoridades gubernamentales tienen mucha presión de sectores económicos y sociales, porque hay que preservar la vida y tratar de mantener la economía en movimiento; conocemos de las medidas que se están tomando y las que se han tomado a lo largo de estos diez meses, pero hay que colocar la salud de las personas por encima de todo. Hay que tomar cuantas medidas sean necesarias para lograr que la gente se proteja, protegerla y ofrecerle los servicios necesarios y a tiempo para que lleguen sanos al momento de la vacunación.

Las autoridades tienen que explicar a la población de manera cruda lo que está pasando en el país: las razones de los aumentos de casos, cantidad de camas ocupadas, capacidad de respuesta en materia de pruebas y atención a personas que necesiten asistencia médica. Hay que reforzar las campañas de información para que la gente eleve los niveles de conciencia de cuál es la gravedad de la situación, sienta temor, se proteja y proteja a los demás.

Siento el alma lacerada por las calamidades que está pasando el ciudadano común, el ciudadano de a pie, el sin abolengo, para lograr que le hagan una prueba PCR y eso no puede ser; los laboratorios están desbordados y se hace necesario que el Ministerio de Salud Pública desarrolle un programa bien estructurado que permita a cualquier persona con indicación médica hacerse una prueba sin dificultad; eso es fundamental para combatir el virus.

La situación con las pruebas PCR es de tal magnitud que hay personas que contraen el virus, pero nunca lo saben porque no tienen las pruebas a su alcance, mueren intentando conseguir una prueba, se deteriora su salud esperando un turno o se sanan sin lograr una prueba. Según testimonios, la gente intenta conseguir una prueba llamando a los laboratorios, y tardan hasta tres y cuatro días, cuando logran que le tomen el teléfono tienen que esperar hasta dos horas para hacer la cita, pero difícilmente lo logran, porque se desconectan. Es penoso, es el pan nuestro de cada día.

Es responsabilidad del Gobierno crear una estrategia para que cualquier ciudadano que viva esta experiencia intente conseguir una cita y lo logre sin recurrir a la influencia; eso no puede esperar, eso es fundamental. El ministerio de Salud Pública y la vicepresidenta Raquel Peña, en su condición de directora del Gabinete de Salud, deben montar una estrategia que democratice las pruebas, que el ciudadano tenga acceso a las pruebas sin mayores dificultades, porque esto es estratégico en un plan para detener el avance de la enfermedad. Si identificamos los contagiados y las personas que han entrado en contacto con ellos, podremos estrechar el cerco y combatir con eficiencia la pandemia. Pongamos atención a esto, es importante.

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