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Entrevista
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Danilo Manera: “Ya circula en el mundo entero una imagen cultural dominicana mucho más sólida, rica y múltiple”

El acreditado escritor y crítico literario ha publicado recientemente la antología de cuentos dominicanos “Domino y muñecas en el fondo del mar”

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Danilo Manera: “Ya circula en el mundo entero una imagen cultural dominicana mucho más sólida, rica y múltiple”
Danilo Manera, escritor, académico y crítico literario. (FOTO: FUENTE EXTERNA)

Al italiano Danilo Manera, escritor, académico y reconocido crítico literario, la literatura dominicana de las últimas décadas le debe mucho de su proyección internacional, porque desde que la conoció no ha dejado de abrirle puertas en otras latitudes.

Sin embargo, él no se atribuye méritos, pero trabaja incansablemente. Es un enamorado de sus oficios, y al darse cuenta de que no siempre se le reconocía su gran valor, empezó a traducir literatura dominicana al italiano y a difundirla.

“Ya circula en el mundo entero una imagen cultural dominicana mucho más sólida, rica y múltiple, gracias a la difusión de su literatura, música y pintura en lo que va del siglo XXI”, expresó cuando respondió varias preguntas para este medio y habló de varios tópicos.

Recientemente puso a circular en la Feria del Libro de Milán una nueva antología de cuentos dominicanos. ¿Cuáles criterios tomó en cuenta para hacer la selección de los textos?

Cada antología tiene un límite: la arbitrariedad del antologador. Veo este tipo de libros como una ventana abierta a territorios literarios menos conocidos, donde el papel del antólogo es regalar a los lectores una pequeña aventura, siempre imperfecta pero siempre encantadora. Yo tenía varios trabajos similares precedentes, así que en “Domino y muñecas en el fondo del mar”, que es el título de la antología, quise señalar sobre todo autores a los que no me había acercado antes. Han nacido después de la dictadura de Trujillo, son mitad mujeres y mitad varones, una mitad viven en la isla y los otros escriben desde la diáspora, pero en castellano. El objetivo es abrir el apetito de los lectores italianos.

También organizó un encuentro en esa feria con varias escritoras dominicanas. ¿Qué tal fue la experiencia?

Bookcity, la Feria del Libro de Milán, este año fue virtual, por la pandemia. El público participaba conectándose por internet. El evento dominicano se realizó dentro del programa de la Universidad de Milán, en colaboración con el Consulado Dominicano en Milán, que es muy activo en el ámbito cultural. Además la presencia de Ángela Hernández, Emilia Pereyra y Rosa Silverio se insertaba en el tema general de “Las mujeres de la cultura”. Hablaron de las escritoras dominicanas en el frente literario, en el pasado y en el presente, de sus dificultades y de sus logros. Y con ellas intervino la colega Marina Bianchi, de la Universidad de Bérgamo, una gran especialista de poesía. Todos los comentarios han sido muy positivos. Creo que así se siembra conocimiento y curiosidad.

Se le considera el gran promotor de la literatura dominicana en Italia. ¿Ha jugado ese papel conscientemente?

Es un aspecto normal en la labor de un crítico, educador y traductor. Me he ido ocupando durante dos décadas de la literatura dominicana (junto con varias otras) y al ver que no siempre se le reconocía su gran valor quise difundirla, y por supuesto traducirla a mi idioma. En República Dominicana he encontrado círculos intelectuales que me han apoyado. Ya circula en el mundo entero una imagen cultural dominicana mucho más sólida, rica y múltiple, gracias a la difusión de su literatura, música y pintura en lo que va del siglo XXI.

¿Cómo fue su primer acercamiento a la literatura dominicana?

Fue casi de casualidad, pero me entusiasmó enseguida. Yo llevaba unos años estudiando la literatura cubana y me pregunté qué pasaba en la isla vecina, de la que se hablaba poco. Vine y conocí a muchos autores extraordinarios, como Marcio Veloz Maggiolo, Pedro Peix, Ángela Hernández, José Mármol... Luego participé en varias Ferias del Libro, colaboré con la Embajada de Italia, hasta di clases durante un tiempecito en el Isfodosu de Santiago. Creo que tengo muchos amigos en República Dominicana. En fin, la literatura es parte del alma de un pueblo, tal vez la más sutil y primorosa. Y fue mi camino de acercamiento a su país

Ha impulsado en Italia la cátedra literaria Marcio Veloz Maggiolo. ¿Qué se ha logrado a través de ella?

La Cátedra solamente tiene un año, y ha sido un año muy complicado por el COVID-19 que nos tiene confinados en casa. En el futuro podremos hacer mucho más. Hay una web https://sites.unimi.it/studidominicani/ donde se reúnen traducciones, escritos críticos, información de eventos. La Cátedra ha sido creada por la Universidad de Milán y la Embajada Dominicana, así que es un proyecto académico común. Es un punto de referencia para los que están interesados en los estudios dominicanos en Italia: asesora profesores y estudiantes. Hasta acuden a ella dominicanos emigrados a Italia.

Dados sus estudios sobre la literatura dominicana, ¿podría hacer algunas recomendaciones para que alcance una mayor proyección en el exterior?

Creo que una gran web institucional sobre literatura dominicana, a pesar de los riesgos que conlleva este tipo de operaciones “oficiales”, podría ser muy útil para proporcionar materiales tanto a los simples lectores como a los estudiosos y a los editores. Faltan todavía instrumentos clave como una buena historia de la literatura dominicana, escrita por varios especialistas no solo dominicanos. La cooperación internacional siempre es provechosa. Hay también que estrechar lazos más efectivos entre universidades. Y que los dominicanos estén cada vez más presentes en festivales, encuentros, revistas, etc.

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Infografía
El escritor Danilo Manera.

¿Cuáles serían las debilidades de la narrativa dominicana?

No le veo debilidades. Es variada, fértil y talentosa como cualquier otra literatura. El problema es que los lectores son todavía pocos, los editores son escasos y muchos escriben para sí mismos o para la gaveta. Hay que insistir en los programas de educación a la lectura, darle apoyo a los editores independientes, abrir espacio en los periódicos para el arte de la palabra y fortalecer y mejorar la enseñanza de la literatura dominicana en las escuelas. Me sorprende que a menudo llegue solamente al final, después de haber estudiado las letras de medio mundo. Si no valoran la literatura dominicana ustedes, que son su público ideal, el primer destinatario de lo que se escribe en la isla, ¿quién lo hará?

Desde su punto de vista como crítico, ¿qué busca ofrecerles a los lectores?

La crítica literaria tiene varias facetas profesionales: están las ediciones bien cuidadas, los comentarios eruditos, las traducciones y la comparación entre literaturas, hasta el aporte del lenguaje a la historia de la cultura, y por supuesto está la didáctica: enseñar a los jóvenes todo esto. Pero cuando uno se dirige al público en general, con un artículo de periódico o una charla, intenta proponer experiencias de lectura que sean enriquecedoras, que provoquen emociones, preguntas, pensamientos, que sean una especie de humilde salvación.

También es narrador. ¿Qué se aconseja a la hora de escribir ficción?

Saber escuchar o imaginar historias para luego contarlas. Y forjarse un estilo flexible y policromo. El lector debe percibir que ha habido un trabajo sobre el lenguaje, un camino de composición, que las páginas llegan como un plato bien cocinado, acompañado por su vino y su misterio. También es importante no rendirse nunca, porque no faltan los fracasos. Saber aprender de los que escribieron antes que nosotros. Y compartir con los que leen y escriben en nuestro tiempo. Escribir en italiano es una alegría por la gran tradición de nuestra cultura, pero también es una restricción, porque es un idioma poco hablado. Los dominicanos tienen la suerte de expresarse en un castellano con características locales, pero comprensible internacionalmente.

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Infografía
Antología de cuento dominicanos, elaborada por Danilo Manera.

¿Qué le proporciona la literatura a su existencia?

No sabría concebir la vida sin la literatura. Me parece parte del núcleo fundamental de su sentido. Como todas las pasiones, es absorbente, hay que mantenerla a raya. Pero también funciona como coartada para no dedicarse demasiado al mundo real. Así me muevo entre las obligaciones concretas y los ratos con la cabeza en las nubes. Para mí, el elemento geográfico es muy importante, por ejemplo, mis dos novelas se desarrollan solo marginalmente en Italia, una es ambientada en España y la otra en los Balcanes. En cambio, cuando escribí recordando los cuentos de mis viejos, de la gente entre la que crecí, el libro no sale de la zona de colinas llamadas Langhe, que es donde nací. Siempre he concebido la escritura como un viaje, hacia lo otro y lo distinto o hacia el interior de uno mismo.

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