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El drama de las escritoras suicidas

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 El drama de las escritoras suicidas
La escritora norteamericana Sylvia Plath.

Antes de leer este texto, advertencia:

No continúe la lectura de este texto si usted ha experimentado algunos de estos sentimientos o síntomas: depresión clínica, sentido de pérdida o duelo, intentos o deseos de auto lastimarse, si siente o padece esta lista de condiciones contacte su hospital más cercano o llame inmediatamente a la línea de prevención del suicidio.

Westchester County, NY. Las escritoras norteamericanas Sylvia Plath y Anne Sexton, eran fuertes en su poética, no manejaban su farmacopea en público como algunas poetas jóvenes contemporáneas. Plath, no daba cuentas al mundo de la dosis de los medicamentos del día, lo dejaba para sus diarios poéticamente reveladores. No hay evidencias de qué guardaba en su botiquín. Tal vez intuyó que un poema bajo estos estados no encarnaba en ámbito de su poética esencial. La poeta se suicida en 1963.

¿Cómo toma la sociedad el suicidio de sus poetas?, ¿cómo juzga a un escritor varón que se suicida ¿Y cuál es el juicio cuando se trata de escritoras?

Esta zambullida en las brumas imponderables de la renuncia del/la poeta a su propia sombra intenta dejar a un lado los ejemplos pretenciosos de “poesía seudo suicida”, aquella nacida de circunstancias médicas, dolores biográficos y de otra índole, que lleva a algunas mujeres, a detallar incluso, como en un “Journal/diary” - diario- sus penurias medicamentosas, tendencia en poetas contemporáneas de nuestros días. Se cae de la mata: la poesía de autoras bajo estas inflexiones suele quedar en paja para las garzas.

No toda persona sabe lidiar con la contemplación de la auto destrucción, así como creerse poeta e inventar y fantasear con “sufrimientos biográficos” no significa poder alcanzar una poética o “lore”, entendido como suma de principios y reglas que particularizan un género u otra disciplina literario-artística, escuela o autor.

Esta entrega se centra en mujeres poetas, escritoras que se suicidaron. Escritoras con obra de trascendencia, algunas que incluso no necesariamente estaban bajo estados psiquiátricos o emocionales extremos y/o tratamientos médicos al momento del suicidio. Algunas llevaron vidas no afortunadas, acosadas por enfermedades, y climas políticos y religiosos, intratables, adversos a la desarmante palabra poética.

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Infografía

El hecho de que el suicidio no siempre va precedido de un diagnóstico psiquiátrico o de problemas mentales y conductuales, tal vez resulte errática la idea de que escritura y locura forman algún vínculo. Es que, quizá, de poetas y locos, no todos tenemos un poco...

Aquí no evocamos asociaciones explicitas entre la “locura” y la escritura, más bien y a tono con el escritor español Miguel de Unamuno, se intenta ahondar un poco en la “intrahistoria” de las autoras, los eventos desencadenantes del suicidio y una lectura cuasi imparcial de sus obras -en esta oportunidad-, las norteamericanas Sylvia Plath y Anne Sexton-, la guía de honor a seguir, a lo código samurái.

Sylvia Plath nace en Boston, octubre 2, del 1932. Se le considera una de las voces más dinámicas y celebrada de la centuria- 20’. Es la primera poeta estadounidense que recibe el premio Pulitzer post mortum también la primera poeta “maldita” de Estados Unidos, esos entruncados en la tradición del francés Arthur Rimbaud.

Anne Sexton, contemporánea de Plath, también Premio Pulitzer, nace en Massachussets el 9 de noviembre del 1928. Sexton es reconocida como líder del 'Movimiento Confesional' junto al poeta Robert Lowell. Sexton entendió la diferencia entre lo poético y lo literal. Sexton y Plath tienen hoy más vigencia y resonancia que nunca. Y los medios norteamericanos rinden homenaje constante a sus obras.

Presentar una perspectiva de poetas suicidas en argentina, Uruguay, República Dominicana, Rusia y otras latitudes, así como las circunstancias políticas y religiosas del país de origen de las y los poetas suicidas es necesario aquí. La sociedad americana de Neurología afirma que el fenómeno del suicidio “lo representa el conjunto de lo patente a lo clínico y de lo latente al sufrimiento biográfico. “Ambas condiciones se conforman en un cuadro como los árboles y el bosque”. Interesan fragmentos de sus poemas, eventos del suicidio y cómo la sociedad y la religión tratan el fenómeno.

El suicidio no debe ser visto con separación de géneros, religión, grupos y clases sociales, pero pasa así. El suicidio seppuku o hará-kiri, de la cultura japonesa, donde el ritual incluye tomar el sake (bebida japonesa) y escribir un poema de muerte, pasa a ser referencia para este trabajo.

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Infografía

En la cultura japonesa el suicidio si no está basado en un motivo patriótico, se toma como cobardía, lo opuesto de lo estoico.

Si un samurái traicionaba la patria se suicidaba en público. En caso de suicidios que representaran todo lo contrario (enfermedad, situaciones emocionales, económicas) eran considerados vergonzosos y eran callados en las gacetas y medios sociales. Sin embargo, Japón evolucionaría en materia al surgir una versión para el suicidio femenino; el conocido "Jigai", que consistía en cortar la garganta con un cuchillo especial, conocido como "Tanto".

¿Pero qué ...” tanto”, la idea del poema de muerte de los ritos de suicidas japoneses ha inspirado algunas de las poetas objeto de trabajo? Una presunción: Plath, se acerca. Lo hace al introducir su cabeza y garganta en un horno. ¿Estaría Plath realizando el ritual del “jigai”? Sin embargo, parece tomar distancia, al no dejar un “poema de muerte”, más ella diseña el arte de morir. “Morir es un arte, como todo yo lo hago excepcionalmente bien”. (Del poema titulado Lady Lazarus)

Aunque se presuma Plath, complique la ecuación, al identificase con el postulado inicial de este trabajo, es decir negar que escritura y locura forman un vínculo, la norteamericana lo tuvo claro: “Cuando estás loca, estás ocupada en estar loca... todo el tiempo... Yo cuando estaba loca, era solo eso, una loca”.

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