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El Teatro Nacional celebra su 50 aniversario con la Novena Sinfonía de Beethoven

El Teatro Nacional presentará la bella obra de Beethoven, en el marco de su 50 aniversario, bajo la dirección de José Antonio Molina

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El Teatro Nacional celebra su 50 aniversario con la Novena Sinfonía de Beethoven
José Antonio Molina ha hecho de la Novena Sinfonía de Beethoven una de las obras favoritas de su repertorio. (FUENTE EXTERNA)

El 10 de agosto, y como parte de la conmemoración del 50 aniversario del Teatro Nacional Eduardo Brito, se presentará la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven.

Serán protagonistas nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro del 50 aniversario del Teatro Nacional, con más de 100 voces, la soprano Nathalie Peña-Comas y la mezzosoprano Glenmer Pérez, de República Dominicana, el tenor Tuomas Katajala de Finlandia y el barítono Günter Haumer procedente de Austria, todos bajo la dirección del maestro José Antonio Molina, quien ha hecho de la Novena una de las obras favoritas de su repertorio. 

Podemos escuchar la Novena Sinfonía, en innumerables ocasiones, en vivo, en grabaciones, en video y siempre podemos esperar que se acerque a nosotros desde diferentes ángulos, demostrándonos su frescura y su enorme atracción y significado.

La obra se estrenó el 7 de mayo de 1824 en un famoso concierto en el que un Beethoven, ya completamente sordo, tuvo que darse la vuelta para ver los aplausos que no podía escuchar.

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La soprano Nathalie Peña-Comas. (FUENTE EXTERNA)

Hablemos brevemente de los solistas invitados. Nuestra soprano más internacional Nathalie Peña Comas, cada vez más madura, segura, con una carrera afianzada y demostrando la calidad de su voz; la mezzosoprano Glemmer Pérez, quien posee una voz amplia y poderosa, dueña de su papel; el tenor finlandés Tuomas Katajala, que viene por primera vez al país, y cuyo repertorio abarca desde Mozart hasta Wagner, es destacado por la crítica por su emisión sonora, homogénea, suave, voluminosa y con un metal brillante y bien proyectado; y el reconocido barítono austriaco Günter Haumer, miembro del grupo de Volksoper en Viena, un reconocido cantante de ópera y recitales solicitado internacionalmente, que ha trabajado con los más reconocidos directores de la actualidad (recordar que tuvimos oportunidad de escuchar a Gunter Haumer en una Novena Sinfonía de Beethoven años atrás y no hay más que halagos para él). Un magnífico cuarteto de solistas para esta Novena. 

Beethoven compone su Novena Sinfonía, obra de una belleza conmovedora, en lo que llamamos su tercer período, ya cerca del final de su vida, una época de enorme tristeza, en la cual florece todo lo aprendido en su vida, el dominio de las formas instrumentales. Beethoven poseía la más profunda de las habilidades musicales, podía lograr que cada nota, cada frase, cada período, condujera inevitablemente al siguiente y al siguiente, formando en última instancia una experiencia unificada, un pequeño mundo para que el espectador viviera. La obra que anuncia este tercer período creativo también simboliza un triunfo personal y espiritual para Beethoven; el anciano compositor realizó un sueño largamente ansiado, escribir un himno a la alegría que sentía cada vez más perdida para él. 

En su Novena y última sinfonía finalizada en 1823, casi diez años después de su Octava Sinfonía, el compositor incorpora en el último movimiento su acariciado sueño de musicalizar el poema de Friedrich von Schiller Oda a la Alegría (An die Freude).  Beethoven conocía desde su juventud la obra de Schiller y quería  musicalizar el texto. El movimiento final de la Novena Sinfonía es una encarnación conmovedora del triunfo final del compositor, su reclamo de alegría

Aunque la parte coral fue recibida con reservas en su estreno, los tres primeros movimientos, en cambio, apabullaron a los contemporáneos y abrieron posibilidades que durante un siglo fueron exploradas por muchos compositores. El primero en seguirlas fue Wagner, y prácticamente todas las sinfonías de Bruckner y Mahler fueron sus descendientes directas.

La obra consta de cuatro movimientosEl primero es "Allegro ma non troppo, un poco maestoso".

Lo inician los segundos violines, los cellos y, tímidamente, los violines primeros; se va desarrollando de manera dramática, como podemos escuchar, hasta concluir con el tema principal con la orquesta en pleno.

El segundo movimiento" Molto vivace" es un scherzo de excitante y contagioso ritmo. Beethoven lo colocó en el segundo movimiento, no como era la tradición en el tercer movimiento.

El tercer movimiento es un "Adagio molto cantábile" de belleza extraordinaria. Dos temas contrastantes, el primero lleno de un profundo sentimiento místico, el segundo expresivo y menos reposado que el primero.

El movimiento final, o el cuarto movimiento "Presto". En este espectacular movimiento de la Sinfonía, orquesta, solistas y coro se unen en un grito a la Alegría, a la esperanza, nadie deja de estremecerse al escucharlos.

El tema es sencillo, cercano a la música popular, pero su nobleza lo ha convertido en uno de los temas más famosos de toda la historia de la música. La composición de la Oda de Schiller, que el compositor ha elaborado durante décadas y que ha recortado y reordenado libremente, emerge finalmente como un inmenso y triunfante conjunto de variaciones que expresan las más altas aspiraciones con una música de exaltación de la vida.

Las grabaciones de la Novena Sinfonía son incontables. Para mí, una de las más impactantes data de 1951 en el Festival de Bayreuth, en Alemania, con la orquesta y coro del festival conducidos por el legendario director alemán Wilhem Furtwangler, que la grabó nueve veces en distintas etapas de su carrera. 

Disfrutemos de esta grandiosa obra, rica y provocativa, y hagamos una reverencia al genio eterno de Beethoven.

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Estudió artes liberales. Es curiosa y le encanta escribir. La lectura y la música son su pasión. Esa pasión le ha llevado a estudiar y tratar de profundizar en un océano lleno de notas inacabables y pleno de placer.